La pérdida del suelo por una inapropiada utilización de este recurso es un problema a nivel mundial. La degradación y la desertificación son importantes efectos adversos muchas veces irreversibles. En Ecuador es posible estudiar este tema a profundidad gracias a la disponibilidad de cartografía como el potencial de uso de los suelos y el uso actual de la tierra.

Las características naturales de la tierra le otorgan una aptitud o capacidad para sustentar las actividades productivas que realiza el hombre. Sin embargo, muchas veces el uso que se le da a la tierra no es compatible con esta capacidad, generándose un conflicto de uso. Los conflictos de uso de la tierra identifican, delimitan y cuantifican áreas donde la aptitud productiva de la tierra y el uso actual que le da el hombre no son compatibles, identificando el tipo de conflicto: subutilizado, sobreexplotado, o sin conflicto, así como su grado de intensidad: ligero, moderado y severo. Gracias a este conocimiento se pueden establecer los correctivos necesarios para evitar o mitigar efectos adversos, los cuales pueden llegar a la degradación del suelo.

28% del área nacional continental se encuentra parcial o intensamente intervenida en actividades agroproductivas. De este porcentaje, las tierras adecuadamente utilizadas representan un 24%, las subutilizadas el 16% y aquellas sobreutilizadas, el 59%.